La actualidad del tango "Pan"
Publicado
en el Nº 6 de
la revista
"Bondiguía"
En el vocabulario de quienes luchan por la justicia
social, el término "pan" simboliza aquello que los hogares
de los humildes necesitan para subsistir: un trabajo digno, una remuneración
decorosa, un trato justo.
En la religiosidad popular el pan es asociado
con el patrono del trabajo, San Cayetano. Con el mismo significado, el teórico
del anarquismo Pedro Kropotkin escribió en 1892 La conquista del pan,
y en Bahía Blanca, hace más de tres décadas, el periodista
Rubén Bortnik dirigía el periódico "Pan".
Con música de Eduardo "Chon"
Pereyra, Celedonio Flores escribió un dramático tango referido
a la crisis de los años treinta, con sus secuelas de falta de trabajo,
hambre y desesperanza, y sintetizó con el mismo título, tan breve
como significativo, el anhelo de justicia que lo motivaba.
El protagonista está en una celda, rumiando
su mezcla de rabia y amargura con la actitud sumisa del hombre acostumbrado
a padecer injusticias. Mientras medita sobre su suerte, insomne, "la luz
de la aurora lo va a saludar". Ya ha padecido la humillación de
tener que mendigar, y ahora soporta la de estar preso por intentar robar para
poder alimentar a su familia.
No es un ladrón; es sólo un hombre
que no soporta más la afrenta a la que se ve sometido "él,
que es fuerte y tiene valor y altivez".
Por eso, al abrigo de la noche, ha salido a procurarse
el sustento material de cualquier modo, y, en su inexperiencia de trabajador
puesto a ladrón, ha sido apresado de inmediato.
Celedonio Flores concluye su alegato con pinceladas
duras, con frases breves y cortantes que describen la viril pena del hombre
honesto al que la cárcel ha sumado un dolor más: "un hombre
que llora... y un cacho... de pan."
Este tango, grabado entre otros por Roberto Goyeneche,
ha sido conocido y admirado por muchos tangueros como una obra con valor artístico
e histórico, pero cuyo tema se refería a épocas felizmente
pasadas.
Hoy vuelve a tener vigencia, y no por integrar
el repertorio de algún famoso cantor de tangos, sino porque lamentablemente
el pueblo trabajador de nuestro país vuelve a soportar la desocupación,
el hambre y la miseria.
El arte forma parte de la cultura, y como tal
refleja y denuncia los dramas cotidianos que vive nuestro pueblo. Por eso Cátulo
Castillo dijo hace cincuenta años, al asumir como Director Nacional de
Cultura: "La cultura, o es popular o no es nada.". Cuando se la reivindica
como patrimonio exclusivo de una minoría que desprecia lo popular, se
le niega al pueblo no sólo el pan que necesita para vivir dignamente,
sino también su indispensable alimento espiritual.
Conrado De Lucia