Perlitas
tangueras II
Recopiladas
por Tino Diez
"¿LO CAMBIAMOS,
DON GALVÁN?"
Argentino Liborio Galván fue durante muchos años arreglador de
la orquesta de Aníbal Troilo, y "sufría", como antes
le había sucedido a Piazzolla, las correcciones de Pichuco.
Galván le llevaba a Troilo los temas con los arreglos, se sentaba en
una mesa mientras ensayaba la orquesta. En pasajes, Troilo parecía despertar
de un sueño hipnótico producido por la música, y dirigiendo
la mirada hacia la mesa de Galván, le preguntaba, "¿Esto
lo podemos cambiar así, Galván?" El orquestador asentía
y Troilo con el lápiz rojo de su intuición, hacía el cambio.
Así casi siempre. Al terminar el ensayo, Galván, charlaba con
Troilo y le repetía que el arreglo, si bien lo había hecho él,
ya lo había pagado, y por ser suyo podía modificarlo como se le
antojara. Pichuco, agradecido, sonreía.
Alguna vez Galván comentó. "Troilo llevaba en el alma las
modificaciones que yo no había podido trazar en el pentagrama"
"ABSURDO"
Eran los tiempos cuando el ferrocarril transportaba a nuestro pueblo por toda
la geografía del país. Tiempo en que debido a las distancias los
artistas trataban de conseguir actuaciones en núcleos ferroviarios con
actuaciones de varios días, también temporadas. En Bahía
Blanca, estuvieron presentes en importantes ciclos, personalidades como Aníbal
Troilo, juntamente con Atahualpa Yupanqui, Mariano Mores, Miguel Caló,
Gregorio Barrios, Alberto Castillo, Palito Ortega, grupos folklóricos
y compañía teatrales.
En cierta ocasión Virgilio Expósito viajaba en tren hacia Zárate,
coincidiendo en Retiro con Edmundo Rivero que iba a realizar actuaciones a San
Pedro. Virgilio y su hermano Homero habían compuesto un vals, todavía
inédito, y habían imaginado como el intérprete ideal al
"Feo"
Virgilio le dijo a Rivero: "Hemos terminado este vals. ¿Por qué
no lo mira a ver qué le parece?"
El inescrutable rostro de Leonel no cambió de expresión, le dio
un vistazo y se limitó a contestar: "Sí, como no".
Ya en marcha, Rivero lo buscó a Virgilio Expósito y juntos fueron
al camarote del cantor, donde, viola en mano, según el autor, ejecutó
y cantó el vals como si ya perteneciera a su repertorio desde mucho tiempo
antes.
Cuando Rivero bajó en la estación Rosario, Virgilio quedó
convencido que la elección de quién estrenaría ese nuevo
vals había sido acertada y que Edmundo Rivero no tardaría en hacerla
conocer, grabándola, dada la excelencia de su interpretación casi
a primera vista.
El tiempo comenzó a pasar, y los hermanos Expósito estaban atentos
a cada actuación de Rivero y a sus producciones grabadas; pero el vals
no aparecía.
Cuando casi un año después se repitió la coincidencia en
el tren que desde Retiro cubría el trayecto hacia Zárate, Virgilio
volvió a encontrarse con Rivero, quien a modo de saludo, le dijo: "Ya
terminé de preparar su vals" Y luego le anunció que cuatro
meses después lo grabaría.
Se había tomado doce meses para ajustar debidamente la interpretación
del espíritu que emanaba de la música y de la letra. Expósito,
consciente del valor agregado que le aportaba Rivero a su vals, pensó
que, conocida esta versión del Feo, otros cantantes incluirían
el vals en su repertorio. Pero confesaba: "lo grabó con tanta calidad
y profesionalismo que fueron muy pocos los que se animaron a cantar ´Absurdo'"
"UNA CANCIÓN"
Este tango al
que sobre versos de Cátulo Castillo le puso magistralmente música
Pichuco, fue sensación en la voz de Jorge Casal y la orquesta de Aníbal
Troilo.
Todo transcurría sobre las mieles de la critica; el tango era requerido
en las presentaciones de la orquesta, y el cantor era recibido por los admiradores
de Troilo con ritualidad religiosa y aplaudido hasta lograr el bis esperado.
Pero
Alguien que compartía una mesa con Troilo, luego de un par de whisky,
le preguntó si la música de "Una canción" no
se parecía mucho a la música de "¡Qué viejo
estoy!" que Juan Manuel Velich, había puesto a los versos de Audon
López.
Pichuco, no contestó, trató de levantar sus pesados párpados
y cuando su interlocutor esperaba la respuesta, con voz estragada pidió
que lo llevaran a casa.
Al día siguiente le pidió a su secretario que preparara el trámite
para comunicar a SADAIC que desistía de los derechos de autor por la
música del tango "Una Canción".
CANTORES DE D´ARIENZO
: ARMANDO LABORDE
"Debuté en Montevideo como nuevo cantor de D´Arienzo, pero
mi apellido, Dátoli, no le gusta a Juan". Se barajaban seudónimos
entre Varela, D´Arienzo, Echagüe y el propio Laborde. Y el nombre
definitivo no aparecía. La actuación ya casi estaba llegando y
el problema no hallaba solución. En un ensayo le preguntan, "¿En
dónde vivís?", "En Thames", contestó Laborde.
"Ya está: te ponemos Roberto Thames". A poco el entusiasmo
y el nombre decayeron. Como Jorge Dalton, que surgió después y
también se desechó. Estaban ya en Uruguay para las funciones con
el nuevo cantor del Rey del Compás. La orquesta viajaba en un colectivo
que la había levantado en el hotel Carrasco. Juan estaba sentado en el
primer asiento del vehículo, y de pronto le preguntó al chofer
"¿Cómo se llama usted?". El chófer sorprendido,
le contestó: "Yo señor, me llamo Armando Laborde"
Eufórico el director, se dirigió a su nuevo cantor: "¿Ves?,
ese nombre me gusta, es tu nombre como cantor",
Fue un alivio para todos y además para la grabadora, que tenía
en producción grabaciones de D´Arienzo y llamaban diariamente para
conocer el nombre del nuevo cantor a insertar en las etiqueta de los discos
de 78 r.p.m.
CANTORES DE D´ARIENZO.
HÉCTOR MAURÉ
El nombre artístico de los cantores siempre tuvo preocupados a los directores
de orquesta. Una regla no escrita abolía los apellidos italianos que,
por rara circunstancia de ambivalencia, no importaba cuando se trataba de músicos
directores de orquesta, aunque en algunos casos también adaptaban sus
apellidos.
Vicente Falivene, que había ganado un concurso de cantores de tango auspiciado
por la firma Puloil, contratado por Juan D´Arienzo necesitaba encontrar
su nombre artístico. Luego de hurgar las guías telefónicas,
proponer y desechar docenas de seudónimos, éste surge casi naturalmente.
La señora esposa de D´Arienzo, propone como al pasar, que puede
prestarle su apellido. Juancito esta de acuerdo, pero cambiando Maure por Mauré.
Inmediatamente Héctor Varela habla de cederle su nombre. De esa conjunción
nace el nombre por el que conocimos al gran Héctor Mauré.
LA SINCERIDAD DE LABORDE
El debut de Armando Laborde al lado del Alberto Echagüe, y con Juancito,
fue un gran suceso, que provocó algunos reportajes en los medios locales
del Uruguay. Laborde accede a responder la requisitoria de Radio Carve. El periodista,
entre varias de sus preguntas, le plantea cuál es la orquesta que más
le gusta al nuevo cantor. Armando contesta que la mejor, para él, era
la de Troilo.
Esa noche en el hotel Carrasco, antes de comenzar la actuación, un enojado
D´Arienzo lo atajó y como un graznido, su ronca voz lo increpó:
"Mire, pibe, a partir de hoy la mejor orquesta para usted es la de D´Arienzo,
me entendió? ¡¡¡La de D´Arienzo!!!"
"¡QUE LO
HAGA EL NEGRO
!
El tema arrasaba como bolero, tanto en Iberoamérica como en España.
El sello grabador, Columbia, le propone a Héctor Varela que lo incorpore
a su repertorio, para grabarlo enseguida. Varela accede, prepara las orquestaciones
y le dice a Rodolfo Lesica, que aún no había sido eclipsado por
Argentino Ledesma, recién incorporado a la orquesta, que la compañía
de discos iba a realizar una promoción especial para esa grabación
y que le había pedido que el Rolo fuera el cantor.
Lesica se pone a lee la letra "Dame el humo de tu boca, etc". y en
uno de sus arranques de rebeldía, le dice a Varela gritando, "¡Nooo,
yo eso no lo canto, déselo al Negro!"
Fue el primer eslabón de Argentino Ledesma, de aquella cadena inolvidable
de éxitos.
Había registros anteriores de "Fumando Espero", con letra de
Félix Garzo y música de Juan Viladomat Masanas. La del santiagueño
fue un impacto inigualable.
EL BANDONEÓN
Que el bandoneón está íntimamente vinculado con el tango
y con la misma historia de Buenos Aires, es innegable, aunque ha sido relegado
en ciertas oportunidades, luego de haber sido usufructuado por las autoridades
de la capital sin fomentar debidamente el aprendizaje para la renovación
más fluida de sus cultores y ejecutantes, impidiendo su extinción
en las generaciones futuras.
Sólo en 1954, el intendente de la ciudad, arquitecto Jorge Sabaté,
resolvió incorporar al Conservatorio Municipal Manuel de Falla, la cátedra
de enseñanza del bandoneón. Y fue nada menos que Pedro Maffia
el primer profesor que transmitió a interesados alumnos sus conocimientos
sobre el instrumento.
OFICIAL DEL EJÉRCITO
PARAGUAYO, ENRIQUE P. MARONI
Sí, se trata del autor que participó en la letra más conocida
de "La Cumparsita", nacido en Bragado en el año 1887. Siendo
muy joven participó en la revolución que derrocó al general
Albino Jara, en Paraguay, en 1911, junto a un tío suyo, un amigo, y el
general Benigno Ferreyra. Por su acción Maroni fue nombrado oficial de
dicho ejército, pero pronto retornó a la Argentina.
"JULIÁN"
Fue el primer tango compuesto por Egardo Donato, con letra de José Panizza,
dedicado al director uruguayo Julián González.. Con el propósito
de seguir "tirando" en su senda de vivir al día, quiso venderlo
por veinte pesos. Ningún músico ni ninguna editorial accedieron
a esa propuesta.
Apremiado por las urgencias económicas, y por la influencia de un amigo,
logró que pudiera ser publicado. Poco tiempo después fue cantando
por Iris Marga y grabado por Rosita Quiroga. En menos de dos años Donato
recibió por derechos autorales una cifra cercana a los veinticinco mil
pesos.
DEBUT
Corría el año 1925. Quien todavía se llamaba Cayetano Di
Sarli tenía quince años, y ya mostraba sus cualidades musicales
e insinuaba su trayectoria tanguera como Carlos Di Sarli, formando su primera
orquesta de tango.
MANO A MANO
Esteban Celedonio Flores, cuestionado, por Carlos Gardel, de ser el autor de
la letra de "Mano a mano": "¿La escribió tu tío?",
le habría dicho. Cele convenció al Zorzal, que los versos eran
suyos. Lo que no manifestó el autor fue que un relato que le había
hecho el cantor Fernando Nunziata lo había inspirado para hacer la letra
de ese tango. Nunziata había fallecido repentinamente, sin poder escuchar
el tango del que había sido impulsor.
"EL ÚLTIMO
PAYADOR"
Éste es el título del filme nacional historiando la vida de José
Betinoti, encarnado por Hugo del Carril, quien en un pasaje de la película
está escuchando la grabación de "Mi noche triste" en
el registro de Carlos Gardel.
El Morocho, grabó este tema en 1917 y el payador había fallecido
en 1915, por lo que ese acontecimiento nunca pudo suceder.
¿CON CARBÓNICO?
El tango "El llorón" compuesto por Ambrosio Radrizzani, tiene,
casi textualmente, una parte de la melodía de "A la larga"
con música de Rosendo Mendizábal y Ángel Villodo, y vuelve
a tomar la misma secuencia musical en el tema "Salamín senza piolita".
A pesar de lo evidente, no hubo reclamaciones por parte del autor de "El
llorón".
"A MEDIA LUZ", INTERNACIONAL
Este tango, de conocimiento mundial, nació en una conjunción de
nacionalidades que compartieron su creación y su estreno: La letra es
del uruguayo César Lenzi, la música es del argentino Edgardo Donato,
y lo cantó por primera vez, en el teatro Albéniz de Montevideo,
la vedette y cancionista chilena Lucy Clary.
DE PRÍNCIPE A REY
NAL
En Radio Del Pueblo, que tenía sus estudios en Estados Unidos 1880 de
la Capital Federal, en el año 1932 cantaba un vocalista cuyo nombre artístico
era Príncipe Rojo.
La cualidades interpretativas hicieron que lo contratara Juan D´Arienzo,
quién lo rebautizó, como fue su costumbre con casi todos sus cantores,
con el nombre de Alberto Reynal.
DE LAS PROVINCIAS, E
IMPORTADOS
En los años sesenta Miguel Caló tuvo cantantes invitados a sus
grabaciones: un provinciano de Tucumán: Miguel Montero, y los importados
Alberto Marino, porteño nacido en Italia, el chileno Lucho Gatica y la
japonesa Ranko Fujisawa.
PRÓCER TANGUERO
Dice Francisco Teodoro Espósito, el hijo del tano Genaro, que el general
Bartolomé Mitre fue autor de varios tangos. El más popular es
"Atarí" que, onomatopéyicamente se basa en el sonido
del clarín de campaña y fue compuesto durante la guerra de la
Triple Alianza. Otro de los temas que en las versiones que se han escuchado
ha sido readaptado y convertido en un tango picaresco, es "El chicote".
CANTOR QUE NO GRABÓ
Por la orquesta de Miguel Caló pasó fugazmente Félix Ocampo,
quien no llegó a dejar grabada ninguna placa discográfica. El
verdadero nombre de ese vocalista era Félix Nebbia: nada más y
nada menos que el padre del popular Lito Nebbia.
¿PAYADOR Y DESPUÉS
?
Andrés Cepeda, tradicional payador desde muy joven, descolló también
por ser habitué en malos pasos, que hacía que "la cana",
cuando lo encontraba, indefectiblemente lo ponía entre rejas, principalmente
por portación de armas.
Era un tipo de avería pero simpático, y en varias oportunidades
reclama su libertad su detención siempre era "injusta"
con mensajes como los siguientes:
"Señor Rossi, Don José/ Jefe de Investigaciones/ ¿Quiere
darme las razones,/ por que me detiene usted?/ Quiere ganar un galón/
y me hace detener/ y no hay nada que hacer/ a su orden de mandón;/ me
da de armas portación/ sin tener un alfiler".
"Será mala profesión/ la de ladrón, no lo niego/ pero,
oficial, yo le ruego/ que piense con atención:/ Entre empleado policial/
y ladrón, si yo no yerro/ el primero es un gran ´perro´/
y el otro ´un profesional".
PIONERO
El primer tango que se registró en la Biblioteca Nacional fue, en 1910
"La rubia", y su autor Ángel Gregorio Villoldo Arroyo. Al año
siguiente, el 20 de febrero, el "padre" del tango volvió para
anotar en ese registro ¡ciento cincuenta ocho temas más!
CARNIZA, MÚSICO Y MAESTRO
El primer maestro de bandoneón que tuvo Miguel Caló fue un carnicero
que sabía escasamente los rudimentos del instrumento. Nada ortodoxo,
le enseñó de "oreja" las primeras piezas. No entendía
una jota de esos negritos que se cuelgan del alambrado de cinco hilos.
MIGUEL CALÓ Y SU ORQUESTA, EN ESTADOS UNIDOS, PERO
Tentado por una interesante oferta, Miguel Caló y su orquesta
viajan a la ciudad de Nueva York. Sólo que al llegar las condiciones
del contrato no se compadecían con la realidad que encontraron, y fueron
alojados... en la cárcel de Coney Island, por la supuesta sospecha de
no tener los documentos en regla. La intervención del cónsul argentino
arregló felizmente la incómoda situación.
EL NOMBRE DE SU POETA PREFERIDO
En 1927 José Lomio pasa a integrar el cuarteto Buenos Aires. Fue cuando
decidió adoptar el nombre de Ángel Vargas, recordando a su poeta
preferido, Vargas Vila.
PENTAGRAMA A PUNTA DE FACÓN
Juan de Dios Filiberto tenía un carácter muy especial, un acendrado
"yoísmo", y en ocasión de grabar la orquesta de Francisco
Canaro el tango "Amigazo", dejó indicaciones en el sello grabador
para que en su reverso incluyeran "Quejas de bandoneón". Cuando
salió el disco, en su reverso editaron un tango de otro autor.
Filiberto encaró al asesor artístico de la grabadora: "¿No
le dije que del otro lado de "Amigazo", pusieran "Quejas de bandoneón"?
El funcionario, temblando como una hoja, escuchó otra pregunta, del disgustado
músico: "¿Sabe qué dice la letra de ´Amigazo´?:
"¡Sin compasión lo achuré!". Y pelando el facón
que llevaba en la cintura corrió al despavorido asesor, que escapó
hacia la calle por una puerta lateral.
El episodio fue durante un tiempo el comentario de las mesas de café,
y Filiberto, comentaba: "Es saludable pegar un susto. Porque después
iba yo de ambos lados en todos los discos. Me dieron ganas de seguir escribiendo
en el pentagrama a punta de facón".
RUFINO EN BAHÍA BLANCA
El debut como cantor de orquesta de Roberto Rufino se produjo en 1936, con la
orquesta de Antonio Bonavena. Este conjunto, que poco después visitó
Bahía Blanca, además de Roberto Rufino contaba en el piano con
José Hipólito "Pepe" Basso.
LA ESTATUA DE FRANKESTEIN
En cierta ocasión un grupo de alumnos de primer grado, en una visita,
estaba tomando conocimiento de los lugares tradicionales y pintorescos de La
Boca. Cuando llegaron a la calle "Caminito" el grupo de pequeños
se detuvo interesados por el busto de Juan de Dios Filiberto
En un momento,
le preguntaron a la maestra: "Señorita:¿Por qué hay
acá una estatua de Frankestein?"
A DÚO CON UN
MONO
Marianito Martínez, quien se transformaría en el compositor, pianista
y director Mariano Mores, aún no lograba articular bien las palabras
pero ya entonaba algunos tangos que le había enseñado su padre.
Una tarde, que su padre estaba trabajando y su madre haciendo compras, Marianito
se ubicó en el balcón con un hermoso monito tití que le
había regalado su abuelita. Ambos jugaban, permanentemente en la casa.
Mariano recuerda que "éramos como hermanitos con el mono
".
Eran las cinco de la tarde, hora de salida de los obreros y empleados de los
depósitos de "Gath & Chaves", frente a su casa, y el niño
comenzaba a cantar frente a la calle: "Patotelo, dei del mailongo
patotelo
sentimental
/ en mi vía tuve mutas, mutas minas pero nunca una mujer
".
La gente que salía de trabajar se detenía ante ese niño
de bucles rubios cantando en su media lengua, con un mono al lado, y tiraban
monedas, mientras lo aplaudían y lo felicitaban: "¡Bien, pibe!".
El pibe, alentado por los aplausos y el puñado de monedas que había
cosechado, comenzó a hacer su actuación en los días siguientes.
Entonces había por parte de los trabajadores atenciones monetarias para
el pibe, y bananas para tirárselas al mono.
Engordaba el mono y también la alcancía del pequeño Mariano.
Todo continuó hasta que la familia se enteró de las funciones
vespertinas del niño y el mono en el balcón.
El dúo terminó para el balcón y para sus juegos diarios.
El mono fue a parar a la casa de los abuelos.
ARGENTINO LEDESMA
No es un secreto que la popularidad de la orquesta del maestro Héctor
Varela, además de su ajustada interpretación y la elección
del repertorio, se debió principalmente a los cantores que le dieron
un sitial destacado. Y entre ellos, Argentino Ledesma brilló tal vez
como ninguno.
Pero los ciclos se cumplen, y el santiagueño decidió emanciparse
como solista. Y le anticipó a Varela que no iba a renovar su contrato,
que vencía cuatro meses después.
Mario Battistella, flamante representante del cantor, comenzó a moverse
en procura de lograr actuaciones del Negro en su nueva faceta de solista.
En la primera reunión, quince días después, le preguntó
a Ledesma en qué estado estaba la formación del conjunto que lo
acompañaría. La respuesta fue desoladora: el cantor no había
conversado con nadie.
Battistela le informó que ya tenía vendidas casi sesenta actuaciones.
Fueron a conversar con Jorge Dragone, para interesarlo en el proyecto. El pianista
acompañaba a Alberto Castillo, y les dijo que no lo podía dejar
en banda. Por su parte Castillo no tuvo problemas en ceder a su director, con
la salvedad: "cuando yo te precise, te llamo"
En la primavera de ese año se concretó el lanzamiento de Argentino
Ledesma con la orquesta de Jorge Dragone, con la repercusión y el éxito
esperado.
OTRA DE JORGE DRAGONE
Vinculado a la orquesta de Juan D´Arienzo, tuvo a su cargo la producción
de los temas que, por resolución del sello Víctor, realizó
el Rey con Antonio Prieto
Con uno de los temas no hubo problemas, y la elección de "La calle
del pecado", el tango con letra de Roberto Lambertucci y musicalizado por
Roberto Rufino, fue aceptado en forma unánime. El segundo tema, en cambio,
propuesto por Antonio Prieto, debía tener reminiscencias del repertorio
del chileno, y luego de revisar la larga lista de canciones melódicas
Dragone entendió que no se adaptaban a lo que quería D´Arienzo,
quien ya había anticipado, algo molesto por la proposición de
la RCA : "Si ese plomo puede.".
El pianista se comunicó con Abel Aznar para tratar de encontrar un tema
que enlazara de alguna manera la línea melódica de los boleros
de Antonio Prieto con la rítmica tanguera del Rey del Compás.
Y fue el propio Prieto quien encontró la solución, cuando manifestó
que el nuevo tango podría ser como una continuación temática
de su mayor suceso, compuesto por su hermano Joaquín Prieto. Estamos
hablando de "La novia". Dragone y Aznar, motivados, estuvieron de
acuerdo y compusieron para Antonio Prieto el tango "Después de la
boda".
Como cierre de la anécdota, cuando Juancito escuchó la grabación
de ambos temas en los estudios de la RCA Víctor, a manera de halago,
disculpa y satisfacción, exclamó: "Es como dije yo: este
plomo es un fenómeno".
CRISTAL O MALENA?
Gran fiesta en Coronel Dorrego, con toda la pompa y lo multicolor que es costumbre.
Todo el pueblo volcado a la fiesta, muchos que se habían llegado desde
Bahía Blanca y de la zona. Y como en toda fiesta regional que se precie,
la participación de las bellezas femeninas que concursaban por la Elección
de la Reina. Entre las personas destacadas del jurado se había sumado
el cantor, muy joven entonces, Héctor de Rosas, que había llegado
con el quinteto de Ástor Piazzolla.
Se sabe que de Rosas es maestro de cantores; por lo tanto conoce profundamente
la música y reconoce perfectamente los arreglos, directamente de la lectura
del pentagrama. Pero Piazzolla, tenía cosas imprevisibles que generalmente
daba como sobreentendidas. Por ejemplo, no daba el acorde clarito para el ingreso
del canto. Y en la rutina no incluía demasiados temas cantados. Una media
docena de instrumentales, algunos con el vocalista, y después completaba
solamente con los músicos.
Pero como habían actuado en un cine, tenía seguridad tanto en
sus músicos Jaime Gosis al piano, Emilio Vardaro en violín
y de Rosas como cantor y anunciaba en persona las versiones a cargo de
los instrumentos, anticipando "después va a cantar Héctor
de Rosas ´Cristal´ y ´Malena.".
Eso le daba tiempo al joven cantor para realizar relaciones públicas
o acercamiento a alguna de las chicas con la que había intercambiado
miradas y sonrisitas.
El cantor estaba feliz de estar ahí, intensificando las miradas con esa
rubiecita que lo había impresionado y con la que veía que estaba
ganando terreno.
Los instrumentales pasaron muy rápido para su gusto. Y mientras desde
el escenario chispeaban los últimos guiños ante de los tangos,
pensando en pedirle el número de teléfono y alguna vez verla como
reina, contó mentalmente los cuatro acordes convenidos en los ensayos
y comenzó a cantar "Tengo el corazón hecho pedazos/ rota
mi ilusión en este día", según el orden que había
anunciado el maestro. Pero Piazzolla estaba recorriendo las notas de "Malena".
Los dos tangos tenían el arreglo en el mismo tono, en do.
Piazzolla, parado frente al quinteto, interrumpió la ejecución
ante el asombro de las miles de personas que centraban sus miradas en el cantor,
quien deseaba se lo tragara la tierra. Tomó el micrófono y dijo:
"Señoras., Señores, vamos a comenzar de nuevo. Porque se
ha equivocado el cantor. Vamos a hacer como yo anuncié 'Cristal'
y 'Malena'"
Fue una lección definitiva. El cantor Héctor de Rosas nunca más
se desatendió de su tarea como vocalista, aun cuando la orquesta estuviera
desarrollando los instrumentales.
(Basado en un reportaje a Héctor de Rosas, aportado por Sandra Savoia).
"YO NO ME EQUIVOCA
NURCO
"
La reciente aparición de grabaciones inéditas de Carlos Gardel,
que habían sido desechadas por errores en las letras que cantaba, nos
enfrentan a furcios que el Zorzal también cometía. Dice el álbum,
editado en 1999, que contiene versiones no aprobadas por Carlos Gardel, justamente
por los errores apuntados.
Y puntualiza que en el tema "Se llama mujer", de Guillermo Barbieri
y José Rial, Gardel dice: "...carece de amigos, vive pombremente"
por "...carece de amigos, vive pobremente".
En "Callejera", de Fausto Frontera y Enrique Cadícamo, se trabuca
cantando: "
vos sos milonguita, y en el alma de tu almita
",
cuando la letra expresa: "
vos sos milonguita, y en el fondo
de tu almita
"
Igualmente en "Arrabalero", de Osvaldo Fresedo y Eduardo Calvo, cambia
una frase. En este caso hay dudas sobre si el cambio fue para darle más
carga dramática a la letra, ya que entona: "
que ríe
y canta, llorara sangre por tu traición", reemplazando "
que
ríe y canta, llorará siempre por tu traición".
En "La pena del payador", de Luis y José Servidio y Eduardo
Escáriz Méndez, donde el autor escribió "
quién
sabe qué honda pena lo abisma al peregrino", El Zorzal deja un verdadero
intríngulis: "
quién sabe que honda pena lo abinam
pebegrino".
El porteño Héctor Ángel Bedetetti, compositor, ejecutante
de violín y bandoneón y estudioso de la historia del tango, es
autor de Las mejores anécdotas del tango, de Editorial Planeta,
publicado en el año 2000, en donde advierte, por ejemplo, que los discos
de Carlos Gardel dan cuenta de por lo menos diez furcios, algunos de los cuales
resultan divertidos. En "Milonga del 900", que tiene música
de Sebastián Piana y versos de Homero Manzi, dice "no hay piosa
quior que un encono" en lugar de "no hay cosa peor que
un encono", y en "Haragán", tema de los autores Enrique
Delfino, Luis Bayón Herrera y Manuel Romero, transforma la frase condicional
"si no, yo te largo" en "si yo no te largo", un concepto
casi opuesto.
Muchas veces, cuando Gardel terminó de grabar le dijeron: "Mirá,
acá te equivocaste". Y él contestaba: "No importa. Dejalo".
¿Por qué? Porque el conjunto le había quedado bien. Y a
él no le importaba el error. Cuando en "Misa de once" de Juan
José Guichandut y Armando Tagini, grabó "la virgen
divina de Jesús" es un disparate. El tema dice "la imagen
divina de Jesús" Pero a él no le importó, porque le
pareció que quedó bien. Y lo que le interesaba era la musicalidad.
En otra ocasión Gardel se pelea con Francisco Marino, autor de "El
ciruja", porque la letra decía "es un mozaico diquero"
("mozaico" de "moza") y Gardel le puso "es una paica
papusa". Marino se peleó con él. Gardel le dijo: "¡Pero
escuchame una cosa!: ¿Cómo voy a decir 'mozaico diquero' a una
cosa que es una mujer? ¡No puede ser!" Y se negó, metió
"paica papusa" y así quedó.
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